viernes, 2 de diciembre de 2016

El Mundo se está convirtiendo en un desierto.


Según un estudio publicado en Nature Climate Change, en 85 años, la mitad de la tierra del mundo podría convertirse en una zona árida si las emisiones de gases contaminantes continúan al ritmo actual. En la actualidad, tierras áridas cubren un 40% de la superficie terrestre, pero los autores del estudio alegan que esta cifra aumentará hasta un 56% dentro de 85 años si las emisiones de gases se mantienen altas. Si ocurre, este proceso tendría el impacto más grave en los países en vías de desarrollo, donde ocurría la mayoría de la expansión de esas regiones áridas. El estudio cita el cambio climático, el crecimiento de la población humana y la extensión de las ciudades como los principales factores detrás del fenómeno de desertización. En otro estudio divulgado en la misma publicación, investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) alertan que áreas del Golfo Pérsico podrían convertirse en zonas inhabitables debido a extremas condiciones de temperatura y humedad. Estas olas de calor extremas supondrán un reto para la "supervivencia humana" en ciudades como Abu Dhabi, Dubai y Doha.

En mi opinión, está bastante claro que la desertificación es un problema para todo el planeta incluso si no está ocurriendo en todas las partes. En regiones áridas, una sequía puede significar que la población allí no tenga acceso a suficiente agua o alimentos para sostenerse. Hemos visto que en casos así, el riesgo de conflicto aumenta. En un mundo globalizado un conflicto en un parte del mundo puede fácilmente afectar a otras regiones. Por ejemplo, el conflicto en Siria ha tenido efectos muy graves en Europa como resultado de masivas olas de inmigración.

Sin embargo, enfrentar este problema será difícil, porque los países que están más afectados dependen de la producción de petróleo para sustentar sus economías. Yo recomendaría que los gobiernos de estos países en el Golfo Pérsico invirtieran el dinero que ganan de exportación de petróleo en fuentes de energía renovables como energía solar. Recomendaría también que se centren en desarrollar ciudades sostenibles que no usen mucha agua y que tengan mucha sombra en las calles para que el aire no se caliente demasiado.   

Además, este problema no solo afecta a los países en el Golfo Pérsico, sino afecta a los Estados Unidos también. Estados como California ya están experimentando los efectos del desertificación a través de la sequía allí. Y como California produce una gran parte de la comida consumida en EEUU, una sequía allí es un desafío para todo el país. Este problema solo va empeorar si los líderes en EEUU ni siquiera creen que el cambio climático sea real. Donald Trump y el congreso republicano no apoyan protecciones medioambientales. De hecho, Trump acaba de nombrar a un hombre que no cree en el cambio climático como el jefe de la Agencia de protección del medio ambiente. Por eso, se necesita un movimiento político aquí en EEUU que fuerce a nuestros políticos a dar más importancia al medio ambiente. Políticos como Bernie Sanders deben dejar muy claro las consecuencias del cambio climático y la desertificación para fomentar que sus seguidores voten por representantes que van a proteger el medio ambiente.   

En contraste a la idea de que regulaciones medioambientales harían daño a la economía, estados como California ya han realizado sus propias leyes medioambientales para enfrentar la desertificación y su economía no ha sido afectado negativamente. De hecho, desarrollando una economía verde se crearía millones de puestos de trabajo en el sector de energía verde los cuales compensarían por los trabajos perdidos en las industrias de carbón y gas natural.

Para concluir, el mundo está cambiando y si no actuamos rápidamente para cambiar nuestros hábitos de consumo y desarrollar una economía verde, millones de personas estarán afectadas negativamente. Los gobiernos del mundo deben actuar para proteger el bienestar de sus ciudadanos en vez de los ingresos de empresas que se beneficien de una falta de regulaciones. Como ciudadanos podemos decidir cuidar nuestro hogar o destruirlo. Espero que la población humana elija la primera opción.  

Cuestiones:

  1. ¿Que pensáis sobre las regulaciones medioambientales? ¿A quién podrían hacer daño?
  2. ¿Qué deben hacer los países del Golfo Pérsico para soportar sus economías si no pueden vender petróleo?  

           


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